agenda exterior
Agenda
Exterior: ¿Mitigar o eliminar?
1 de julio de 2021
Con
las campañas
de vacunación a
pleno rendimiento en los países más desarrollados y el
levantamiento de muchas de las restricciones,
el fin de la pandemia
de Covid-19 parece
estar más cerca. Sin embargo, la aparición de nuevas variantes más
infecciosas, como la delta,
así como la escasez de vacunas para el mundo en desarrollo amenazan
los progresos logrados.
En
paralelo, los debates en
torno a qué estrategia seguir en la lucha contra el Covid-19
continúan, alimentados por nuevos estudios.
¿Confinamientos estrictos?
¿Medidas más flexibles? Un comentario publicado
en The
Lancet firmado
por un grupo multidisciplinario de economistas, politólogos y
expertos en salud pública argumenta que los países que adoptaron
una estrategia de “eliminación” –esto
es, tomar con rapidez medidas de salud pública para reducir al
máximo la transmisión del virus– obtuvieron mejores resultados en
lo que respecta a la salud, a la economía y a las libertades civiles
que aquellos países que siguieron una lógica de “mitigación” –esto
es, acciones tomadas de manera escalonada para evitar la saturación
de los hospitales–.
Tres
de los coautores del estudio, Jeffrey
V. Lazarus,
del Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal), Miquel
Oliu-Barton,
de la Université Paris Dauphine-PSL, y Bary
Pradeski,
del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS),
han reunido a un grupo de expertos para continuar el debate sobre la
mejor manera de gestionar la pandemia.
¿Se
debe apostar por eliminar o por mitigar el SARS-CoV-2? ¿Qué
estrategia es mejor en el contexto actual?
YANEER
BAR-YAM | Presidente fundador del Instituto de Sistemas Complejos de
Nueva Inglaterra (NECSI). @yaneerbaryam
Recientemente,
estamos mejorando mucho en la lucha contra la pandemia gracias a las
vacunas, pero nuevas variantes amenazan este progreso. Los países
que han logrado la eliminación en una fase temprana de la pandemia,
como China, Australia y Nueva Zelanda, lo hicieron sin vacunas y sin
variantes. En cambio, actuaron con rapidez y protegieron sus
fronteras para evitar reimportaciones. La vacunación facilita mucho
la eliminación. Los casos pueden reducirse sin necesidad de bloqueos
estrictos una vez que la tasa de vacunación es lo suficientemente
alta y si se siguen observando algunas precauciones. Muchos países
han conseguido reducir de manera drástica el número de casos tras
la inmunización parcial de la población.
Por
otro lado, las variantes, en particular la actual delta, lo están
haciendo más difícil. Israel, uno de los primeros en adoptar la
vacunación, redujo la transmisión comunitaria a 0,5 casos por
millón de habitantes al día. Se trata de una tasa que normalmente
puede gestionarse solo con el rastreo de contactos para lograr la
eliminación. Sin embargo, debido a una filtración en su control
fronterizo, acaban de tener nuevos brotes de la variante delta. Esto
significa que la vacunación por sí sola no nos llevará a la
eliminación, pero la vacunación más otras medidas –como las
mascarillas, el distanciamiento físico, el rastreo y el aislamiento,
y las restricciones de viaje y las cuarentenas (la estrategia de la
zona verde)– pueden llevarnos a la eliminación. Llegar allí nos
permitirá alcanzar el objetivo de mejorar la salud y las condiciones
económicas.
AGNES
BINAGWAHO | Vicerrectora de la University of Global Health Equity y
exministra de Salud de Ruanda. @agnesbinagwaho
Dado
que el objetivo último de las medidas de salud pública es mejorar
los resultados sanitarios y el bienestar, las estrategias adoptadas
contra cualquier amenaza sanitaria deben maximizar la probabilidad de
alcanzar este objetivo. Dado que esperamos reducir el sufrimiento y
las muertes por Covid-19, la opción más obvia sería la
eliminación. Sin embargo, con independencia de las medidas de salud
pública que se apliquen en un país, la falta de coordinación a
nivel global introducirá nuevos casos en el país. Esto se ha
demostrado en múltiples ocasiones, con el reciente aumento de casos
en Australia como ejemplo principal. Además, la eliminación
requiere una vacunación global equitativa. Sin embargo, solo el 0,9%
de la población de los países de bajos ingresos ha sido vacunada.
Además, los cierres prolongados ponen en peligro los medios de
subsistencia de los más vulnerables: los que carecen de ahorros y
trabajan a destajo, especialmente en el sector informal.
Se
espera que la pobreza aumente por primera vez en 20 años, reduciendo
el nivel de vida de los más vulnerables, amenazando el acceso a la
asistencia sanitaria y empeorando así los resultados sanitarios. Por
tanto, dado que la eliminación no es factible ahora, tenemos que
hacer todo lo posible para mitigar sus efectos adversos. Las
estrategias para controlar la propagación del virus y minimizar la
presión sobre el sistema sanitario incluyen el rastreo de contactos,
la vigilancia, una comunicación clara y coherente, así como medidas
de infección, prevención y control como el distanciamiento social,
el uso de mascarillas y centros de tratamiento separados para el
Covid-19. Estas estrategias fueron adoptadas por Ruanda para
controlar la propagación del virus, país que ocupó el sexto lugar
en cuanto a su capacidad para gestionar la pandemia.
ALICIA
CASTRO | Exembajadora de Argentina ante la República Bolivariana de
Venezuela y Reino Unido. @AliciaCastroAR
La
publicación de The
Lancet demuestra
que la eliminación del SARS-CoV-2 supera a la estrategia
“mitigación” en materia de salud, economía y percepción de las
libertades civiles, demoliendo la falsa dicotomía de salud versus
economía. América Latina sufre una explosión de casos, pero en el
contagio influye más la política que el comportamiento del virus.
Mientras Jair Bolsonaro es calificado por la izquierda brasileña
como “genocida”, el gobierno progresista argentino tampoco ha
tomado medidas exitosas (como por ejemplo controlar las fronteras), y
la mortalidad se acerca en estos dos países. Daniel Feierstein,
autor de Pandemia,
demostró que una mayoría en Argentina apoyaría medidas drásticas,
pero que una “minoría intensa”, muy presente en los medios de
comunicación, influye al gobierno, quien alienta la teoría errónea
de que vacunarse será suficiente. En marzo, científicos argentinos
respaldados por miles de ciudadanos pidieron al gobierno cerrar
fronteras para evitar otra ola por variantes, pero fueron ignorados.
En tres meses ha habido 40.000 muertos. Con la variante delta es
clave que Argentina mejore el control de sus fronteras. Por ejemplo,
exigiendo una prueba PCR negativa realizada cuatro días después de
la llegada de los pasajeros, e imponiendo un aislamiento en hotel
obligatorio.
Debemos
desarmar la idea neoliberal de que “no hay alternativa” y de que
debemos resignarnos a contagiarnos. Antes de fallecer de Covid-19, el
humanista argentino Horacio González planteó una cita de Ezra
Pound: “Sientan cadáveres a su banquete por mandato de la usura”.
Así mismo mueren millones de personas en Latinoamérica. Debemos
insistir en que apostar por la vida es un imperativo ético.
GREG
DORE | Instituto Kirby de la UNSW Sydney, y médico de Enfermedades
Infecciosas en el Hospital de San Vicente en Sídney,
Australia. @GregDore2
Los
países que siguieron una estrategia de eliminación del Covid-19
durante 2020 obtuvieron claramente mayores beneficios económicos y
de salud pública en comparación con los que eligieron estrategias
de mitigación. La notable fase de la vacunación, con la perspectiva
de un alto nivel de inmunidad a la enfermedad grave del Covid-19, sin
duda cambiará el equilibrio en la ecuación de si perseguir la
eliminación proporciona mayores beneficios. En primer lugar, el
reciente resurgimiento de casos de SARS-CoV-2 en muchos bastiones de
la eliminación, en especial en la región de Asia y el Pacífico,
demuestra la dificultad de mantener la eliminación, sobre todo a
medida que surgen más variantes infecciosas. En segundo lugar, la
aparición de nuevas variantes más infecciosas como la delta hace
improbable la inmunidad de rebaño en cualquier entorno. En tercer
lugar, los beneficios económicos a largo plazo dependerán del
movimiento internacional, siendo un ejemplo de ello los beneficios
que Australia obtiene de los estudiantes internacionales. Por último,
la carga sobre las libertades civiles necesaria para mantener la
eliminación –justificable en base a los beneficios para la salud
pública– será mayor con una persecución prolongada.
Dada
esta dinámica cambiante en la fase de la vacunación, ¿cuáles
deberían ser los objetivos clave a nivel nacional y mundial? Todos
los países con un suministro adecuado de vacunas contra el Covid-19
deberían perseguir niveles elevados de vacunación en adultos. La
increíble eficacia de las vacunas disponibles contra la enfermedad
grave y la hospitalización, incluso en el caso de variantes
emergentes preocupantes, hace que este objetivo sea factible. Una
cobertura vacunal elevada también proporcionará efectos de
inmunidad de rebaño, reduciendo la propagación del SRAS-CoV-2 en la
comunidad, a pesar de la falsa promesa de una inmunidad de rebaño
completa. En paralelo a este objetivo a nivel de país –que se está
persiguiendo rápidamente en los países de altos ingresos– deben
realizarse mayores esfuerzos para el acceso a la vacuna a nivel
internacional. Sería obsceno y comprometería la salud mundial ver
cómo los países ya privilegiados persiguen de manera obsesiva la
eliminación a través de la inmunidad de rebaño, a expensas de la
inmunidad a la enfermedad en los países de ingresos bajos y medios.
El SRAS-CoV-2 puede convertirse en una infección endémica de baja
carga, pero solo mediante esfuerzos internacionales concertados.
AYMAN
EL-MOHANDES | Decano de la Escuela de Posgrado de Salud Pública y
Política Sanitaria de la City University of New York
(CUNY). @MohandesDean
En
medio del alivio de la reapertura social en Estados Unidos asociada
al despliegue de la vacunación, no debemos ignorar el hecho de que
el Covid-19 y sus variantes hacen estragos entre los niños de países
populosos como India y Brasil, que solo tienen tasas de inmunización
de un dígito. Los niños representan el 19% de los nuevos casos de
Covid-19, pero solo el 25% de los padres estadounidenses con hijos
menores de 12 años dicen que los vacunarán cuando puedan; una
cuarta parte dice que no vacunará a sus hijos; el 33% está
esperando más información; y el 14% los vacunará si lo exige la
escuela de los niños.
Con
el objetivo de eliminar el virus como única esperanza real para
protegernos de otro resurgimiento y de la recesión económica, ¿van
a ser los niños una nueva amenaza para alcanzar tal objetivo? Se
calcula que entre el 15% y el 20% de los adultos de EEUU manifiestan
resistencia a la vacuna de Covid-19, pero parece que la resistencia
será mucho mayor entre los padres de los niños. La idea errónea
original de que los niños están protegidos de la enfermedad está
siendo refutada por los recientes brotes, y el papel que podrían
desempeñar, incluso si son asintomáticos, en la propagación del
virus y en la actuación como vehículo de nuevas mutaciones debería
considerarse muy seriamente.
Ahora
que los padres vuelven al trabajo y dejan a sus hijos en la
guardería, y que los colegios se preparan para reabrir en otoño con
la enseñanza en las aulas, vacunar a los niños y educar a sus
padres sobre la necesidad es un paso esencial para eliminar el virus
a nivel nacional y mundial.
DEEPTI
GURDASANY | Instituto de Investigación William Harvey de la
Universidad Queen Mary de Londres. @dgurdasani1
La
estrategia contra el Covid-19 de Reino Unido se ha visto empañada
desde el principio por falsas dicotomías entre salud y economía, y
salud y libertades. El enfoque ha normalizado la infección y la
muerte, con nuestros asesores científicos y el gobierno afirmando
que tenemos que “vivir con el virus” y aceptar un nivel de
muerte, como hacemos con la gripe. Esto significa que nuestro
gobierno solo ha actuado cuando nuestros sistemas sanitarios han
estado a punto de verse por completo desbordados, una estrategia que
ha dado lugar a más de 150.000 muertes, dos millones de casos de
Covid-19 de larga duración, millones de personas esperando para
recibir atención rutinaria, niños sin escolarizar durante más de
cuatro meses y más de 16 meses de restricciones.
Las
respuestas tardías han supuesto más muertes y cierres más largos.
Esta estrategia también ha engendrado nuevas variantes que han
provocado aumentos de la infección y miles de muertes en todo el
mundo. Incluso mientras se despliega la vacunación, seguimos
enfrentándonos al riesgo que suponen las nuevas variantes que
podrían escapar a las vacunas, y a una tercera oleada que está
empezando a ejercer más presión sobre nuestros sistemas sanitarios,
ya sobrecargados, y que dará lugar a decenas de miles de personas
más con Covid-19 de larga duración. Como era de esperar, el impacto
ha sido desigual, afectando más a los marginados y vulnerables. Está
claro que una estrategia que diera prioridad al control de la
pandemia y se centrara en la eliminación, y valorara la vida, habría
protegido no solo la salud, sino también los medios de subsistencia,
la educación de los niños y la prestación de asistencia sanitaria,
y habría minimizado el impacto en la vida de las personas.
JOSÉ
MARÍA MARTÍN-MORENO | Catedrático de Medicina Preventiva de la
Universidad de Valencia y presidente del Comité Científico de Honor
de la Asociación Europea de Escuelas de Salud
Pública. @JMMartinMoreno
Si
pudiéramos volver atrás para intentar hacer las cosas mejor, habría
sido mejor apostar por la eliminación, frente a la vía mediocre de
la mitigación, consistente en convivir con el virus y actuar de
manera reactiva. Pero ahora no es momento de especular qué podría
haber sucedido si las cosas hubiesen sido diferentes, sino de actuar
sobre el presente basándonos en el pasado, por un futuro mejor.
Además
de continuar el proceso de vacunación, en este momento la estrategia
para combatir el Covid-19 pasa por hacer más pruebas cuando estén
justificadas, incluyendo en puertos y aeropuertos para personas que
vengan de zonas de riesgo de variantes que potencialmente pueden
modificar, para mal, el patrón epidemiológico. No basta con la
prueba, toca realizar secuenciación genética en todos los casos
positivos, para conocer la variante responsable, y seguir mediante un
buen sistema de trazabilidad a los contactos potencialmente
afectados.
De
esto surgen dos acciones más: aislar a los enfermos y cuarentenar a
todos los contactos. Solo así no se diseminará la infección a
partir de los casos detectados.
Junto
con todo lo antepuesto, es fundamental mantener la coherencia y
consistencia en las acciones, que deben ser tomadas a partir de un
análisis objetivo de la situación. No deben promoverse acciones
mientras se descubre que los responsables políticos son los primeros
que las incumplen.
Finalmente,
hay que comunicar con más credibilidad y empatía, lo que podría
hacerse con flexibilidad y una comunicación dirigida a los grupos de
edad o según características clave de las poblaciones diana.
VIOLA
PRIESEMANN | Jefa del grupo Max Planck y miembro del Schiemann
Kolleg. @ViolaPriesemann
La
coordinación europea es clave para dar una respuesta eficaz al
Covid-19 y salvaguardar el mantenimiento de un número bajo de casos.
En toda Europa se están debatiendo dos tipos distintos de objetivos
políticos. Uno busca evitar un colapso del sistema sanitario, pero
en general acepta una alta incidencia; otro pretende mantener la
incidencia muy baja, para poder detener las cadenas de infección
localmente y de forma selectiva, y minimizar la morbilidad y la
mortalidad. Múltiples disciplinas coinciden en que esta política de
“baja incidencia” tiene claras ventajas para la sociedad, la
salud y la economía. La cuestión, sin embargo, es si se puede
alcanzar y mantener la baja incidencia y cómo hacerlo. Aquí, la
coordinación europea es uno de los factores decisivos: si todos los
países europeos deciden aspirar a una baja incidencia, entonces
alcanzar este objetivo es mucho más fácil para cada país. De lo
contrario, una estrategia de baja incidencia prometedora en un país
se pone en riesgo por la movilidad con regiones de alta incidencia.
La
movilidad es necesaria, y es uno de los pilares fundamentales de la
cohesión europea. Sin embargo, durante la pandemia resulta que la
movilidad humana ha permitido la propagación del virus y sus
variantes, lo que puede provocar bloqueos y poner en riesgo la
economía y el bienestar de la sociedad. Para asegurar una baja
incidencia, o bien es necesario un descenso sincrónico del número
de casos en todos los países, o bien hay que reducir eficazmente la
movilidad del virus. En tal situación, no es necesario cerrar las
fronteras a los viajes humanos, ya que la importación de algunos
casos nuevos puede compensarse localmente. Sin embargo, para mantener
baja la importación de nuevos casos es necesario reducir en gran
medida la movilidad del virus y sus variantes. Por tanto, un objetivo
conjunto paneuropeo, complementado con una estrategia eficaz de
pruebas y potencialmente de cuarentena en las fronteras, facilitaría
en gran medida la baja incidencia en Europa.
OKSANA
PYZIK | Profesora y responsable del Global Engagement en la facultad
de Farmacia del University College de Londres. @OksanaPyzikUCL
La
obsesión británica por retrasar el “día de la libertad”
enfrenta las cero restricciones con las cero infecciones por
Covid-19. Aunque nuestras herramientas han mejorado, confiar solo en
las vacunas deja a todos vulnerables, ya que la mayor parte del mundo
sigue sin vacunarse. Las variantes preocupantes son la mayor amenaza
para desbaratar los progresos logrados. El enfoque de “esperar y
ver” ha sido desastroso para Reino Unido.
Las
estrategias de eliminación del Covid-19 se presentan falsamente como
un juego de suma cero, salud contra economía. En realidad, los
países que dieron prioridad a la eliminación obtuvieron mejores
resultados en ambos aspectos. Mantener los casos bajos permite a los
países proteger los sistemas de salud y ganar tiempo durante la
escasez de suministro de vacunas. Muchos países del Pacífico sur
han disfrutado de una recuperación económica local con mínimos
trastornos, mientras que Reino Unido sufrió gravemente. Singapur,
Hong Kong y Corea del Sur suprimieron el Covid-19 mediante rigurosas
pruebas de rastreo y aislamiento, evitando repetidos y duros cierres.
Aunque mantener las infecciones a cero es difícil, Reino Unido
podría hacer más durante el verano para mantener el ratio de
infecciones por debajo de 1.
En
repetidas ocasiones, los políticos británicos afirman que debemos
vivir con el Covid-19, superando el eslogan de la “nueva
normalidad”, lo que implica que se deben tomar medidas limitadas
para combatirlo en nombre de la libertad. Incluso los países
altamente vacunados, como Israel, siguen siendo cautelosos, dada la
ventaja de crecimiento de la variante delta, y volvieron a establecer
las normas de las mascarillas poco después de levantarlas. Se
necesita un enfoque múltiple, además de la vacunación, para
mantener baja la transmisión. Sin embargo, el nuevo ministro de
Sanidad de Reino Unido parece más preocupado por “las fechas y no
por los datos”.
El
invierno se acerca y un plan de contingencia que incluya el
autoaislamiento y otras medidas de reducción de casos debería estar
ya en marcha para las variantes posiblemente resistentes a la vacuna.
ROCÍO
SÁENZ MADRIGAL | Coordinadora de la Red de Equidad en las Américas
(RAES/HENA), profesora de la Escuela de Salud Pública de la
Universidad de Costa Rica y exministra de Salud de Costa Rica.
En
América Latina, la contención y el control del cólera en los años
noventa fue posible gracias al conocimiento de las causas, a la
experiencia en el manejo clínico y colectivo de información
epidemiológica y a las capacidades de los sistemas socio-sanitarios,
que integraron y articularon en la respuesta a comunidades,
autoridades, líderes y redes locales en cada país y región.
El
Covid-19 es la primera pandemia del siglo XXI, en la que gracias a la
tecnología fluyó en tiempo real información del virus y las
medidas de contención. Lo anterior puso en evidencia que la rapidez
con la que se asume el liderazgo de la respuesta, se desarrollan
abordajes comprensivos con todos los involucrados, se preparan
instituciones de salud e se incorpora la comunicación de riesgo para
su contención, marcan la diferencia frente a los abordajes
incompletos.
Sin
embargo, una lección que requiere ser retomada en el abordaje de la
actual y de futuras pandemias es el papel de las personas,
comunidades, autoridades locales, la sociedad civil y la atención
primaria de salud, para que la toma de decisiones se realice desde el
sitio de transmisión, basándose en evidencia del comportamiento y
la efectividad de las medidas de contención implementadas, más
ajustadas a las realidades de las poblaciones, para disminuir las
muertes, el sufrimiento y el impacto socioeconómico. El monitoreo y
la evaluación de las medidas, los cambios de comportamiento y los
ajustes institucionales deben ser incorporados en la comunicación de
riesgo y el liderazgo pertinente en cada fase de la pandemia.
IZKIA
SICHES | Presidenta del Colegio de Médicos de Chile. @izkia
Chile
se ha visto muy afectado por la pandemia. Actualmente, nuestra
ocupación de camas críticas es del 270% de la capacidad habitual, y
gran parte de la población ha entrado y salido de la cuarentena
durante varios meses.
Sin
embargo, todavía tenemos ventajas para mejorar nuestra situación.
Nuestro despliegue de vacunación está entre los más rápidos del
mundo, contando ya con más de 9,9 millones de personas totalmente
vacunadas (51,5% de la población) a 30 de junio de 2021. A esto se
añade un paquete de medidas económicas que apoyarán a las familias
y a las pequeñas y medianas empresas. Además, tenemos límites
naturales: el desierto de Atacama (al norte), la cordillera de los
Andes (al este), el océano Pacífico (al oeste) y la frondosa y fría
Patagonia al sur, que hacen que parezca una realidad insular. Las
fronteras pueden ser controladas con protocolos, y así podemos
frenar el ingreso de nuevas variantes de preocupación.
Desde
el Colegio de Médicos consideramos que nuestra situación constituye
una “ventana de oportunidad”. Por ello hemos presentado la
estrategia “Vivos, nos necesitamos”, que sugiere cambiar la
estrategia del país de una de mitigación a una de eliminación (es
decir, minimizar la transmisión viral). Además, nuestra geografía
podría permitirnos albergar con éxito “zonas verdes” o
“burbujas territoriales”, y de hecho este tipo de estrategia ya
está siendo propuesta en la región sur de Magallanes por el Colegio
Médico local. Actualmente estamos compartiendo esta propuesta con
actores económicos, sociales, sanitarios y políticos.
FUETE.POLITICA EXTERIOR.